miércoles, 30 de agosto de 2017

113 Cantigas de Santa María

 


Esta es de Montserrat, de una gran piedra que cayó de la roca que está encima de la iglesia, que venía directamente a destrozar la iglesia toda y el monasterio.
 "Tengo como cosa de razón que obedezcan las piedras a la Madre del Rey que, cuando murió por nosotros, las piedras se hendieron."
 De esto os diré un gran milagro muy grande que contar oí. Que en Monsarraz hizo la Virgen, y que bien se ve ahora allí, de una peña que se movía y que llegó a caer.
 Y cayó de tal manera, que, si Dios la dejase ir, pudiera destruir toda la iglesia, pero Dios no quiso sufrir esto, por defender la iglesia de su Madre gloriosa, Reina esperitual; por ende desvió la peña de tal manera que no hiciese mal, y la hizo descender tan despacio que, después, no pudo dar otra vuelta.
 Pero los monjes, que cantaban la misa de la Madre de Dios, cuando oyeron el gran ruido, dijeron: "Señor, somos tuyos, y no nos dejes perecer ni morar de mala muerte." Diciendo esto, salieron de la iglesia y vieron estar el peñasco allí donde había caído, porque Dios lo había hecho desviar, y comenzaron a bendecir a Dios y a la Virgen y su poder.
 Este milagro tan grande, que hizo Dios, por la del buen talante, su Madre gloriosa, lo ven cuantos allí van, a Montserrat, y en ello tienen placer, y de lo suyo van a hacer allí ofrendas.





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